La rehabilitación energética de edificios es un conjunto de medidas que se toman para mejorar la eficiencia energética de un edificio, es decir, reducir el consumo de energía necesario para mantener el confort interior de sus habitantes. Estas medidas pueden incluir la mejora del aislamiento térmico, la sustitución de ventanas y puertas por otras más eficientes, la optimización de los sistemas de climatización e iluminación, entre otros.
Para determinar el nivel de rehabilitación energética que los edificios requieren, es necesario considerar su calificación energética.
Qué es y cómo mejorar la calificación energética de un edificio
La calificación energética de un edificio es una etiqueta que indica su nivel de eficiencia energética. Esta calificación se basa en una escala de siete letras, de la «A» a la «G», donde la «A» indica el nivel más alto de eficiencia y la «G» el más bajo. La calificación energética se determina a través de una certificación energética que mide el consumo de energía del edificio y su eficiencia energética.
Mejorar la calificación energética de un edificio tiene varias ventajas energéticas y ambientales:
- Permite reducir el consumo de energía necesario para mantener el confort interior
- Supone un importante ahorro energético en el consumo del hogar
- Disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos
- Ayuda a luchar contra el cambio climático y mejorar la calidad del aire en las ciudades
Rehabilitación energética para el ahorro económico
La rehabilitación energética tiene importantes ventajas económicas para los propietarios e inquilinos de los edificios. La mejora del aislamiento térmico y la sustitución de ventanas y puertas por otras más eficientes pueden reducir la factura energética, ya que se necesita menos energía para mantener el confort interior. Esto se traduce en un ahorro económico a largo plazo, ya que los gastos por la rehabilitación se recuperan con el tiempo.
El momento idóneo para realizar una rehabilitación energética depende de las características de cada edificio y las necesidades de sus habitantes. En general, es recomendable realizar una certificación energética para determinar el nivel de eficiencia energética del edificio e identificar las medidas de mejora más adecuadas.
Las medidas de rehabilitación energética disponibles son diversas y dependiendo de las necesidades de cada edificio. Algunas de las medidas más comunes son:
- Mejora del aislamiento térmico de la fachada y la cubierta
- Sustitución de ventanas y puertas por otras más eficientes
- Instalación de sistemas de climatización e iluminación eficientes
- Uso de fuentes de energía renovable, como los paneles solares fotovoltaicos
- Mejora de la gestión energética del edificio
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